viernes, 18 de septiembre de 2015

PARQUE DE JUEGOS DEL MAL


Dicen que uno de los gustos que tiene que darse toda persona más o menos inteligente en la vida es ir al parque de diversiones, dichos parques siempre son tentadores y lo comprendo. A mi no me sucedía eso, al contrario desde chico me producía cierto temor ir a alguno aunque este fuera el famoso Parque de la Costa, le huí siempre a este tipo de lugares, los veía bastante peligrosos para mi integridad física y mental, en fin: me parecía correr un riesgo innecesario.

Primero lo primero, hay algo que debo confesarles  y es que lamentablemente -aunque no lo crean- soy un pueblerino, sí, así como leen. Y como soy un pueblerino he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar en naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhäuser... eh... bueno, mejor olviden ese delirio. La siguiente anécdota que os voy a contar ocurrió hace cinco años cuando vivía en un pueblucho de gentuza con poca capacidad neuronal  -yo era la excepción, por supuesto- llamado: 'queteimporta' ubicado en la zona sur del Gran Buenos Aires.

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"Año 2010. Día aburrido. No quería levantar el trasero de mi cama, planeaba estar así las 24 horas del día porque soy re heavy, re jodido. No había nada para hacer, yo no me quejaba, era feliz con mi siesta eterna pero un chillido ensordecedor me sacó de quicio. La cuestión es que mi hermana (una muy mala persona que no merece respirar en este mundo) me pedía que la acompañe a  Wonderland Park. ¿Qué rayos era eso? Decirle parque de diversiones no es técnicamente correcto, más bien era una feria de juegos instalada en un predio abandonado donde generalmente se dejaban animales muertos en bolsas de consorcio hasta que se pudrieran; la feria iba a estar por una semana. Mi hermana quería concurrir sí o sí, no se lo quería perder por nada en el mundo. Me fue inútil negarme ya que mi vieja me obligo a que la acompañase y cuando dos mujeres se ponen en tu contra mucho no podés hacer, tuve que ceder (por cierto mi hermana es varios años menor que yo).

Así que resignado acompañé a mi fucking sister a ese chiquero denominado Wonderland Park. Una vez que llegamos pagamos la entrada, $5 por cada atracción. Bastante barato el precio (y cuando un precio es bastante barato la regla dice que hay que desconfiar), percibí que había algo turbio allí. Nada llamaba mi atención salvo por la famosa "Rueda de la fortuna" y el perturbador "Martillo", al minuto me agarró un poco de cagazo, aquellas atracciones no lucían bien, tenían mal aspecto, lucían muy viejas y en mal estado, muy precario la verdad. "Óxido por aquí, óxido por allá, algo malo me pasará..." canturrié. Recordé entonces lo que me dijo la forra de mi madre: "te subís con tu hermana a todos los juegos que ella quiera, no la dejás sola para nada, cuídala, es tu deber como mayor, ¡¿te quedó claro?!". En resumen: vivía una desgracia.

Primero subimos al carrusel, eso estuvo entretenido debo admitir. Yo estaba encima de un caballito blanco, estuvimos cinco minutos dando vueltas. Rememoré mis épocas de niño cuando iba a la calesita todos los días y mi felicidad era genuina. Luego no me acuerdo, de seguro era algo aburrido. Más tarde subimos a la rueda de la fortuna y sentí mucho vértigo, mi hermana al contrario se cagaba de risa y lo disfrutaba. Ahora bien, cuando estábamos por irnos de aquel parque, mi hermana se da cuenta que faltaba subirse a un juego, era el que yo menos quería, el que traté de evitar a toda costa "El Martillo". Tenía mis razones, era al que se lo veía en peor estado, además el tipo que lo manejaba tenía la apariencia de un completo retrasado mental, era como un familiar lejano de Leatherface, aquel villano de La Masacre de Texas. La receta perfecta para una catástrofe.

Una vez que nos metimos en el "Martillo" y se echó a andar lo único que deseé fue que terminara pronto, que no sucediera nada. Cada uno tenía puesto un "cinturón" de seguridad para evitar accidentes, lo gracioso es que estos cinturones eran bastante chotos, estaban gastados, con varias roturas, lo que menos podías sentir con ellos era seguridad. A excepción mía, todos los demás durante su estadía en el martillo no pararon de gritar, en especial mi hermana que chillaba a más no poder. La sensación de muerte en cada movimiento de dicho juego del mal te obligaba a vociferar, pero yo me las quise dar de temerario y me juré no hacer ni un ruido. En un momento determinado el martillo se detiene en lo alto dejándonos a todos los demás cabeza abajo, la sangre me subía a la cabeza, "ok, este es el fin" medité, los demás gritaban con todas sus fuerzas no sé si de pánico, de euforia o de un poquito de ambas. El stop duro más de diez segundos, justo cuando pensé que no iba a vivir para contarlo la situación volvió a la normalidad, un minuto después me bajaba de aquel peligro al que mi hermana indebidamente me expuso. Le pellizqué el brazo derecho de la bronca. "No te doy otra nomas, porque..." expresé con enojo.

Sobreviví a lo que podía haber sido una tragedia, lo más gracioso de este asunto es que una semana después el tal Wonderland Park se trasladó a la localidad de Merlo y ahí sí ocurrió un accidente. ¿Adivinen en qué juego? En el puto martillo, por supuesto. Hubo cuatro heridos, el más afectado fue un niño de nueve años.


Aquí el link de la noticia: http://www.clarin.com/gran_buenos_aires/accidente-parque-diversiones-dejo-heridos_0_376762392.html



Moraleja: En este país se ata todo con alambre, buenas noches.

domingo, 13 de septiembre de 2015

EL OTRO DÍA FUI A COMER A UGI'S


La siguiente crónica es verdadera o eso creo...

Eran las doce de la medianoche, luego de salir de 'queteimporta lugar' mi estómago me suplicaba una sola cosa: "tengo que comer la puta que te parió no seas tacaño". Así que decidí hacerle caso. Tenía que comer, pero la pregunta era ¿dónde? Me hallaba por la zona del Obelisco, un lugar céntrico lleno de comercios y restaurantes de sobra para saciar mi hambruna. No andaba con mucho dinero encima (lo cual es una desventaja) así que empecé a recorrer los locales de comida para ver qué precios tenían. Primero me fijé en un McDonald's pero era muy caro, lo mismo con el Burguer King. Luego visualicé una pizzería de feo aspecto, feo decorado, nada llamativa, de logotipo minimalista. Leí su nombre: Ugi's, se llamaba. Al instante recordé que un amigo me había hablado de dicho local y me recomendó que nunca vaya ahí porque según él la pizza era horrible y estaba llena de bichos canastos. 

Medité mi situación por unos segundos y me di cuenta que no tenía otra opción, debía comer ahí, el dinero no daba para algo mejor. Además lo único que quería era alimentarme, no era momento para hacerme el exquisito. Mandé al diablo el consejo de mi amigo y entré a Ugi's. 




Una vez adentro sentí cierto temor producido especialmente por el aspecto lúgubre del local. Habían tres personas dentro -además de mi- tres tipejos mediocres y corrientes que consumían su pizza con cara de resignación ante una vida que seguramente les era adversa. "¿En qué sitio me metí?" pensé. Era como una especie de comedor donde solo iban a parar los fracasados sociales. Me dirigí lentamente hacia el mostrador y le pedí media pizza -que costaba $21- al sujeto que atendía que a la vez era el cocinero, o sea había un solo empleado (WTF?). Le pagué y luego me puse a buscar una mesa para sentarme, estaban todas sucias con restos de comida sin terminar (queso desparramado por todos lados, mocos y quién sabe qué asquerosidades más) parecía que nadie se dignó a pasarle al menos un puto trapo a dichas mesas. Al final elegí la menos sucia aunque le tuve que pasar una servilleta encima algo que me enojó mucho, se supone que los empleados tienen que mantener la higiene del lugar, ¿no?

Pasaron diez minutos hasta que mi pedido estuvo listo. Fui al mostrador a retirar mi media pizza, que era común y corriente no tenía nada de especial, mucho queso, un poco salsa de tomate y orégano encima (no vendían de otro tipo). Me extrañó que no tuviera aceitunas algo re-contra imprescindible en mi opinión. Volví a mi lugar y empecé a comer la primera porción, la masa era finita de poca consistencia, pero le resté importancia, ya aclaré que no era momento para exquisiteces. Luego proseguí en ingerir la otra porción. Hasta ahí todo normal. Lamentablemente después me sorprendí al ver pequeñas cucarachas caminando en las dos porciones de pizzas restantes que lo único que lograron fue que me dieran arcadas. Me levanté de la mesa y le dije al cocinero que habían cucarachas encima de la maldita pizza. "Podría ser peor pibe, pensalo" fue su indignante respuesta. Me dejó atónito. Le exigí que me cambie las asquerosas porciones por otras en buen estado o de lo contrario que me devolviese el dinero. "Jodete" se limitó a decir el muy forro. Vi que uno de los clientes se reía de mi desgracia.

Insistí con la demanda, fue inútil, no me hacía caso. Además tuvo el descaro de mostrarme el dedo medio, razón por la cual me vi obligado a retirarme de ese insalubre lugar denominado Ugi's con la cabeza gacha, bien derrotado. 

Por lo menos sobreviví. 


domingo, 6 de septiembre de 2015

POP-UP SENCILLO Y MOLESTO: TUTORIAL

Como este es mi blog -y por suerte lo administro yo y nadie más que yo- puedo hacer lo que se me de la gana. Ya les he contado que paso muchas horas interneteando y una persona que tiene ese (afortunado) estilo de vida tiene que aprovechar esas horas para adquirir nuevos conocimientos -como el protagonista de Nightcrawler- porque de lo contrario eres un pedazo de mierda inútil, ¿no lo creen? La cosa es que he aprendido varias cosas que me veo obligado a compartir con los demás. Así que esta vez verán un aporte "inteligente" de mi parte. Hoy os voy a enseñar a crear tu propio Pop-up, pero primero lo primero chaval, ¿que coño es un pop-up

Ok, se los explicaré bien sencillo: un pop-up (o ventana emergente) son esas cosas molestas, irritables, hijas de Lucifer que se te aparecen cuando navegas en la web sin haberlo solicitado. Las ventanas emergentes se utilizan con el objetivo de mostrar un aviso publicitario de manera intrusiva. Muchas veces los pop-ups activan nuevas ventanas lo que puede llegar a ocasionar un ataque de nervios nivel 5 al internauta promedio.

Ejemplo de ventana emergente (pop-up):


Cualquier persona racional debería odiar esta mierda, pero ahora vamos al tema que nos compete: Te enseñaré a crear una ventana emergente bien simple, sencilla y austera, no hace falta que sepas de programación, solo necesitamos saber un poco de HTML y un poco de Javascript.


Paso 1

Abrimos el bloc de notas y escribimos una etiqueta HTML para insertar el código Javascript. ¿No lo entienden? Os muestro un ejemplo:


Paso 2

Ahora lo guardamos en nuestra super PC Gamer. Algo muy importante: el archivo debe ser guardado con ".HTML" al final. Como por ejemplo: fotosdemicumple.html (capisci?)


Paso 3

Ahora le damos doble clic al archivo, lo podéis abrir en cualquier navegador, te tendría que aparecer algo como esto:




Y eso fue todo, puedes utilizar estas ventanas para tus blogs, sitios web, etc. Espero que les haya gustado mi tutorial, seguramente al salir de mi post seas más inteligente que antes. Aprecia mi aporte 
o muere, ¿te quedó claro?


YAPA:

Les muestro mi récord en el juego del Tiranosaurio (el juego que aparece cuando se te interrumpe la conexión a Internet):


Fin.