lunes, 18 de agosto de 2014

EL PLACER DE TENER UNA NOVIA INFLABLE


La muñeca inflable por lejos es el prototipo de la mujer ideal, de la mujer perfecta, ya que tiene multiples ventajas para satisfacer tus deseos, que dejan a la mujer real decadente y obsoleta. A continuación te diré algunas de esas ventajas, ya que en este mundo moderno en el cual vivimos, cada vez tenemos menos ganas de empatizar con los seres humanos.  

Ventajas


  • No habla
  • No come
  • Nunca vas a tener hijos con ella, o sea que tranquilamente puedes tener sexo descuidado sin profiláctico.
  • Luego de usarla, la desinflas y la guardas en un cajón 
  • La podés violar, no vas a ir a la cárcel 
  • Podés usarla de almohada
  • Sirve para esconder cualquier tipo de drogas
  • Le podés pegar, no se va a quejar
  • No se va a burlar del tamaño de tu miembro
  • Nunca vas a pasar por una crisis de pareja
  • Sirve de salvavidas, por si no sabe nadar
  • Evitas que te agarren infecciones 
  • No te será infiel
  • Es más económica, no te va a comer la billetera
  • Sirve de piñata 
  • Compre otra muñeca y practique el ménage á trois, que tanto deseó





¿Que estás esperando para conseguirte una muñeca infable? Ya te nombré varias de sus ventajas. No te compliques la vida, no pierdas tiempo con una mujer de carne y hueso. La mejores están hechas de látex. 







domingo, 10 de agosto de 2014

LOS BEBÉS SON DIABÓLICOS

A continuación un relato maravilloso

He tenido un lindo sueño para contarles, de ese tipo de sueños que nunca quieres que se acaben. A ver entendamos que: soñamos varias veces por noche durante los ciclos de MOR, R.E.M. in english (como la banda), y siempre recordamos lo último que soñamos, ¿entendido? Ahora bien yo soy una persona que normalmente sueña cosas mediocres, nada que valga la pena contar después, pero esta vez sucedió todo lo contrario. Lo que soñé fue algo tan, pero tan hermoso, que quiero compartirlo en mi blog, quizás muchos se sientan identificados con el siguiente relato.                          

                                                             Mi sueño

Resulta que estaba viajando en colectivo, era un día soleado, bastante bonito la verdad, no sé a dónde iba (les soy sincero) pero me encontraba tranquilo sentado disfrutando del recorrido, mirando por la ventanilla el paisaje de la ciudad. En un momento se sube al colectivo una señora que llevaba en sus brazos un bebé de unos cuantos meses. Dicha señora se sentó al lado mio. Seguía estando tranquilo, pero eso no duraría mucho tiempo... ya que el llanto de la criatura no se hizo esperar, a cada minuto era peor, su llanto cada vez era más potente, llegando a un punto en que ya era insoportable no solo para mi sino para el resto de los pasajeros.


La madre trataba de calmarlo como podía, pero el bebé seguía llorando, también podía notar como le salían mocos al muy sucio. El llanto era desesperante, la madre ya se había dado por vencida en la tarea de calmarlo. Yo estaba furioso e impaciente con la situación "¿Disculpe señora, le podría dar la teta, así se calma el bebé?" le pregunté desatinadamente (xD). La mujer me contestó (luego de quedarse un rato sorprendida por mis palabras) que ya no tomaba la teta. Le manifesté que su  hijo me arruinaba el tranquilo viaje que quería tener y le aconsejé que lo mejor sería que se baje del colectivo ya que con ello contribuiría a lograr la paz, no solo personal, también del resto de los pasajeros. "Sos un insensible, no tenés corazón, sos una basura" me respondió elevando el tono como una histérica. 

Me llevé las manos a mi cara, agaché mi cabeza y mientras tanto trataba de pensar en algo, en un plan maléfico específicamente, ya no podía soportar más a ese llorón de mierda (lloraba sin parar, con una energía extraordinaria). Por suerte el resto de los pasajeros empezaban a quejarse al igual que el chófer, al final terminamos siendo todos contra el bebé y su irresponsable madre. "Calme al bebé doña", "que se calle esa criatura", "me tiene harto ese mocoso de mierda" eran algunas de las quejas que se podían escuchar en el colectivo. 

Así que cansado del llanto, de tanto meditar, tomé aire y ¡zás! Le apliqué un codazo violento en la boca del engendro, el codazo fue demasiado fuerte que el bebo no paraba de chorrear sangre.  Desperté la furia de la madre, pero ésta, al ver que tenía a todos en contra suya -y la impotencia que esto le causaba-, se limitó a levantarse de donde estaba sentada y se bajó del transporte abucheada por toda la gente, mientras yo era aplaudido y elogiado, inclusive el chófer me felicitó "buen trabajo, brotha" me dijo. Se hizo justicia, me convertí inesperadamente en héroe. Yo no paraba de reírme de lo que había hecho, hasta que sonó el maldito despertador, que fue como una especie de patada en el trasero para expulsarme de ese lindo sueño en el cual estaba sumergido.


Moraleja: Un bebé es una criatura del demonio, por ende es nuestro deber -como personas de bien que somos- ajusticiarlos con una buena golpiza.